Junto a su hermano, fue una de los ninjas más poderosas de su villa en su juventud. Heredó de su familia la habilidad para manipular marionetas con su chakra. Su hijo y su nuera fueron asesinados por el padre de Kakashi. Así pues, ella se encargó de la tutela de su nieto Sasori y le enseñó todo lo que sabía sobre el uso de marionetas. Gracias a sus habilidades como médico y su conocimiento de los venenos participó activamente en la Tercer Gran Guerra Ninja, en la que Tsunade se convertiría en su gran rival al contrarrestar todos los venenos que creaba. Su última gran labor consistió en introducir el Shukaku dentro del cuerpo del recién nacido Gaara, para que éste se convirtiera en el arma definitiva de la villa de la Arena. Después de eso se retiró junto a su hermano. Cuando Gaara fue secuestrado por los Akatsuki, ella volvió a la vida activa para intentar rescatarlo. Durante este proceso se ha visto obligada a pelear contra su nieto Sasori ayudada por Sakura, la alumna de su mayor rival. Aunque al principio parece una abuela irritable y chocha (su principal diversión es hacerse la muerta ante su hermano), se da cuenta ante los últimos acontecimientos de que hizo muchas cosas mal en el pasado y ahora quiere aportar algo para redimirse antes de morir. Ayudada por Sakura consigue derrotar a Sasori y usa sus últimas fuerzas para transferir su alma a Gaara y así resucitarlo. Después de eso, Chiyo muere y da una nueva esperanza a Gaara y la villa de la Arena.